Mensaje de Aliento a la Juventud Pentathleta.

Por el Jefe de Estado Mayor
de la XXVIII Zona Tamaulipas

2do. Comandante de Cadetes de Infantería

Jacinto Rubio Castañón
30 de Noviembre de 2009

 

Ante una situación como la que vive actualmente nuestro país, caracterizada por un dinamismo sin precedente que nos lleva a profundos cambios sociales, políticos y económicos, hablar de la juventud mexicana es hacer un alto en el camino y reflexionar por un momento.

Detenernos a meditar y observar a nuestro alrededor qué es lo que sucede a una sociedad que trata de adaptarse a un ambiente tan inesperado e incierto.

Como país, México necesita de toda la ciudadanía. Un cambio de actitud que permita reforzar nuestra conciencia nacional y así estar preparados para afrontar cualquier adversidad que pudiera surgir.

¿Qué papel juega la Juventud Mexicana en este cambio de actitud? ¡Uno muy importante, ya que si los niños son el futuro de México, los jóvenes son la esperanza del presente y del porvenir inmediato! Si los niños son la alegría del hogar, los jóvenes son la chispa de vitalidad, de algarabía, del informal entusiasmo que nos recuerda que vale la pena vivir.

Un caudal incontenible de alegrías  y tristezas, de anhelos y esperanzas, de ilusiones y de sueños en una febril premura por despertar a la vida, hacerle frente al mañana y así alcanzar las estrellas.

Pero al mismo tiempo, el miedo. Ese temor natural de renunciar a la seguridad de los lazos familiares para atreverse a alzar el vuelo y remontar a su individualidad.

Como padres de familia, tenemos ante la sociedad una gran responsabilidad. Somos depositarios del fundamento básico de la estabilidad del País. La familia, el núcleo más intimo al ser humano donde se inicia y se desarrolla el milagro de vivir.

En nuestros niños, tenemos el objeto de nuestro cariño y cuidado, de amor y de ternura, de protección y preocupación; pero muchas veces olvidamos que es en nuestros jóvenes hijos, donde se encuentra el aliento y el apoyo desinteresado que tanto necesitamos cuando nuestras fuerzas flaquean.

Nuestros jóvenes que empiezan a dejar la fantasía y a probar la realidad con todas sus implicaciones, buscando apoyo y consideración, aunque muchas veces sin saber como pedirlo.

¡Sí, joven pentathleta! La situación es difícil, pero muy interesante. Tienes ante ti las circunstancias que te están lanzando el reto de demostrar lo que vales.

No importa si eres estudiante o trabajador, empleado, obrero, secretaria, ama de casa o jefe de familia. Donde quiera que te encuentres, puedes desarrollar tu potencial para lograr la realización que tanto anhelas.

Nunca pienses que eres una carga para nadie, tus padres te necesitan, tus hermanos, tus amigos, tus hijos, tu esposa, tu esposo, todos te necesitan. ¡MÉXICO TE NECESITA! Pero más que todo, te necesitas tú mismo; tú que tienes el deseo vehemente de demostrar que puedes lograr tus aspiraciones.

Tienes tu vida en tus manos. ¿Buscas descubrir tu individualidad? ¿Quieres ser tú mismo? ¿Quieres demostrarte tú mismo lo que vales? ¿ADELANTE!

Define lo que deseas lograr, pero no busques sueños, proponte metas realistas, alcanzables, pero que sean un reto a tu habilidad. Y ante todo, ¡ACTUA! No te hundas en el mar de los mediocres que se pasan el tiempo lamentando lo que no han logrado hacer en el pasado.

Cuídate de caer en la trampa de ideologías extrañas que como el canto de las sirenas, te invitan a dedicar tu esfuerzo y energía hacia fines muy ajenos a nuestra idiosincrasia y evolución histórica.

¡México te necesita! La clave del desarrollo y superación del país está en la educación, pero en una educación integral que enfatice en los valores trascendentales: la verdad, la justicia, el respeto, la lealtad.

¡Disfruta de la juventud! No la desperdicies, no desperdicies esta maravillosa etapa de tu vida, que te brinda la oportunidad de cimentar tu futuro.

La educación técnica y científica te ayudará a ser más competitivo; la educación física te sirve para mantenerte sano, pero, no olvides que necesitas algo más que eso. Requieres de educación cívica para aprender a amar a tu país, educación religiosa para dar un motivo trascendental a tu existencia, y educación moral, porque pronto tendrás el privilegio de educar a tus propios hijos.

Todo esfuerzo por superarte, realízalo con la frente en alto, con entusiasmo y sobre todo, con dignidad y respeto a ti mismo.

No olvides nunca que en la vida se gana y se pierde; ten presente que lo importante no es cuantas veces caes, si no la rapidez con que te levantas para seguir alcanzando tus ideales.

¡No estás solo en tu camino! Cuando sientas que te faltan fuerzas, que necesitas de apoyo y estímulo, no dudes en pedir ayuda (que no es ninguna vergüenza) a tus padres, que siempre están dispuestos, a tus amigos y compañeros.

¡Es en ti joven pentathleta, en donde está la clave de la recuperación y consolidación de México! El futuro está en tus manos, NOSOTROS, EL PENTATHLON, ESTAMOS CONTIGO.