“Recuerda que el tiempo no perdona, y en su transcurrir, la belleza física se acaba; pero cuando esto suceda, procura haber adquirido belleza en tu espíritu y haber ganado el aprecio por tu experiencia y buen juicio al poner en práctica tus conocimientos.” (Punto No. 12 del Mensaje al Pentathlón Femenino).

 

En el transcurso de la historia, la mujer ha realizado múltiples actividades que han estado bajo la sombra “protectora” de los varones, quienes esperaban resguardar la dignidad de la misma,justificándose en la diferencia de fuerza física y el sometimiento al cual se había mantenido.

 

Sin embargo, este hechoprovocó que los motivos que en un principio parecían nobles y aceptábamos como forma de trato adecuado a una dama, formaran una abismal diferencia entre ambos géneros, invisibilizando a la mujer de las esferas sociales,económicas y políticas, dejándole solo las actividades privadas y que además no eran consideradas trascendentales ni de impacto.

 

Fue así como desaparecimos; no había derecho a externar opinión alguna de forma personal, sino a través de la voz de un varón. Valíamos por la pertenencia, que se evidenciaba en nuestro nombre seguido de un “de” y el apellido que adoptábamos del marido y que a la fecha se sigue utilizando. Era imposible pensar en estudiar una carrera a nivel profesional, incluso estudiar, bajo el criterio de que habríade contraer nupcias y no sería necesario saber leer y/o escribir. Las pocas actividades económicas que se podían realizar, eran desde casa y sin descuidar la educación de los hijos, que eran responsabilidad de las madres, sobre todo cuando se cometían errores. Incapacitada para manifestar su inconformidad por las agresiones físicas y verbales, el dominio económico y las vejaciones de las que era víctima por no perder su matrimonio, y ser señalada socialmente.

 

Estos y algunos otros estereotipos, incluso la violencia en todas sus formas, eran parte del deber-ser aceptado por cultura. Desde el hogar se mostraba a las mujeres cuan grandes eran las diferencias y responsabilidades. Desde el juego infantil que muestra sus futuras obligaciones, hasta el comportamiento aceptado y esperado acorde a su rol. Virtuosa solo si guardaba silencio.

 

La fuerza de las mujeres, su contante transformación y adaptación a los cambios, ha impulsado a promover beneficios sociales para todas a nivel mundial.

 

Sin duda alguna, esta lucha que lleva más de 100 años, ha logrado grandes y sustanciosos beneficios, entre ellos, el reconocimiento de nuestros derechos, inclusión en las esferas laborales y su dignificación en ambiente social, la participación política, mediante el sufragio e ingreso a puestos públicos. La posibilidad de estudiar carreras profesionales y ser parte activa de una dinámica social en constante evolución.

 

Dentro del Pentathlón, nuestra participación ha sido constante y cada vez mayor. Desde el ingreso a las filas, se ha generado un cambio en el trato de la pentathleta en el quehacer institucional. Una personalidad naturalmente valiosa, con actitud disciplinada y activa, combativa en muchas ocasiones y de ferviente amor patrio, han merecido que la inclusión de las mujeres no haya sido temporal, sino considerada como fundamental,abriendo caminos y generando trascendentes cambios en la percepción que se tiene de nuestra capacidad e inteligencia.

 

La mujer, como elemento activo, realiza una diversidad de funciones dentro de la institución, que van desde la parte sociocultural hasta las de carácter físico, promoviendo valores universales, el desarrollo psicomotriz y la fortaleza de sus integrantes sin limitarse a sus elementos, sino a ambas ramas. Todo estoque se toma como elemental deber está incluido en el Ideario Pentathlónico, en el Mensaje al Pentathlón Menor y en el único y solemneMensaje al Pentathlón Femenino.

 

Como mujer, pentathleta, profesional y madre, orgullosamente victorense, rindo homenaje a nuestras iniciadoras institucionales, y a las que con fe, en un ambiente siempre hostil al cambio, no han permitido ni permitirán el menoscabo y sometimiento. A todas aquellas que por su dedicación y pasión, sus enseñanzas y continua capacitación, han puesto en alto el nombre del Pentathlón Femenino y de la Mujer Tamaulipeca.

 

Mujer. Siempre fuertes ante las circunstancias y fieles al ideal del Pentathlón a través de sus acciones constantes, compromiso, éxito personal y amor.

 

Pentathletas, siempre al frente, con la mirada en alto y paso firme, que andando vamos y no nos detendremos.

 

 

 

“Patria, Honor y Fuerza”

Sub oficial de Infantería

Ps. Sandra Jarumy Lozano Medina

Sub Zona Victoria