EL BICENTENARIO
Por el 1er. Oficial de Infantería,
Maestro en Docencia. Jesús Alfredo García Eng
Coordinador de Sub Zonas y Unidades
16 de septiembre, fecha que encierra no uno, sino varios significados para nosotros los mexicanos: es el día de sentirse muy orgulloso de nuestra Patria. Es día de festejos, de comidas y bebidas típicas, de desfile cívico militar, de utilizar los colores patrios en toda clase de objetos, ropa, autos y casas.
El relevante hecho histórico acontecido en esa fecha en el año de 1810, aunque conocido por todos como producto de la educación básica que recibimos, parece haber perdido su importancia para las generaciones actuales de jóvenes y también de adultos, que solo en tiempos de futbol y festejos nacionales dejamos salir la euforia de nuestros corazones, con esa emoción que brota del profundo orgullo de pertenecer a esta raza.
Hace tanto tiempo ya del inicio del movimiento independentista, doscientos años ahora, habiendo transcurrido también numerosas generaciones, que realmente percibimos la libertad como algo cotidiano, irrelevante, en ocasiones imperceptible. Sí, en las escuelas se enseña la historia, pero evidentemente que eso es insuficiente para concientizar a los estudiantes sobre su papel como herederos del inquebrantable derecho de la libertad.
Hombres, mujeres y niños dieron su vida en esta lucha, unos famosos y muchos otros que permanecieron en el anonimato. No solo murieron, también sacrificaron su calidad de vida empleando el tiempo y sus esfuerzos en aras del sueño de tener un país autogobernable. Dejaron de trabajar por el beneficio familiar, para unirse al proyecto de construir una nueva nación. Tomaron sus rudimentarias armas y asumieron el riesgo de quedar mal heridos o muertos, para que sus hijos crecieran en un contexto distinto al suyo, así como sus nietos y demás descendientes, es decir, nosotros.
Hoy, nuestra realidad es otra, nuestras circunstancias y problemas son distintos. Crecimos, gracias al sacrificio de todos esos héroes, en un país libre y soberano, ya sin el yugo de extranjeros, monarquías o cleros, aunque sí limitados por nuestras propias decisiones. La Bandera Nacional, el Escudo y el Himno, representan toda esa historia y también el México moderno; simbolizan en sí mismos la esperanza, la sangre y la lucha de los mexicanos de dos siglos atrás, así como la democracia, el coraje y la nueva mentalidad de los ciudadanos de hoy.
Es por eso que en el Pentathlón Deportivo Militarizado Universitario enseñamos a nuestros Cadetes a tener un profundo amor y respeto a la Patria, no solo a través de sus símbolos, sino con acciones que diariamente contribuyan a que tengamos una mejor nación. Si nuestros ancestros entregaron su vida, a nosotros nos corresponde cuidar y desarrollar su legado.
Ya no son tiempos de enfrentamientos armados; no deberían serlo. Son tiempos de incorporarse al mundo globalizado conservando la identidad nacional. Debemos prepararnos, estudiando y trabajando para hacer frente a los retos actuales y así conservar la libertad que festejamos. Que el grito de ¡viva México! pase de ser una expresión de júbilo, y se convierta en una moderna declaración de independencia y de una permanente convicción de que México será cada vez un mejor país.
¡Viva, México!
