Con el término “Bandero” refiero a un individuo con una determinada formación en bandas de guerra, no precisamente a un integrante cualquiera, sino a aquél que cuenta con habilidades ya desarrolladas para desempeñarse al menos satisfactoriamente en esas funciones.
Bajo este concepto, entenderemos que un individuo será bandero hasta que haya cumplido con el tiempo y el adiestramiento mínimo necesario para construirse un perfil multifactorial, que contempla habilidades musicales, coordinación motriz, así como formas específicas de pensamiento y de actuación.
Hay que considerar que dicho perfil es consecuencia del estilo del instructor responsable de la formación de cada bandero, además de la enorme influencia que recibe de cada una de las bandas de guerra en que haya participado. Independientemente de la institución, cualquier persona que pretenda dedicarse a esta actividad debe contar de antemano con una coordinación motriz y un sentido musical; la primera habilidad consiste en que sea capaz de pensar y ejecutar más de una acción motriz de manera simultánea, mientras que la segunda tiene que ver con la facilidad para ejecutar movimientos gobernados por un ritmo determinado.
Además, también hay que considerar que hay varios tipos de banderos, aunque personalmente los clasifico en tres grupos: los integrantes de una banda, los líderes y los instructores, todos con gran relevancia para el buen funcionamiento en lo colectivo. Los integrantes deben tener capacidad para el acoplamiento, conocimientosy habilidades para la interpretación de toques con su respectivo instrumento e inteligencia suficiente para comprender las indicaciones de su instructor. Los líderes representan una autoridad moral sobre el resto de los integrantes, cuentan con características como simpatía, capacidad para motivar y por supuesto más experiencia que los demás. Los instructores, además de todo lo anterior, deben ser altamente creativos, ampliamente conocedores de todo lo referente a la actividad que desempeñan (toques, marchas, mantenimiento del equipo, ceremoniales, desfiles, concursos) y de todo el entorno relacionado (proveedores de instrumentos, precios, modas y estilos de otras bandas, problemas clásicos), deben dominar efectivas técnicas de enseñanza, habilidades de planeación y capacidad de gestión.
Extendiendo el concepto al de un bandero pentathleta, el perfil se ubica en un contexto institucional, permeado por bases ideológicas específicas, así como la formación castrense y un fuerte carácter modelado por las experiencias que solo en el Pentathlón pueden ser adquiridas. Esto no significa que el bandero pentathleta sea mejor que los demás, sino que simplemente hay una diferencia operacional y actitudinal, producto de un mayor adiestramiento ideológico – deportivo - militar.
Con las actividades atléticas, deportivas, militares y culturales que se realizan en nuestra institución, los pentathletas aprendemos a coordinar esfuerzos individuales en función de objetivos colectivos, por lo que desarrollamos capacidad de acoplamiento y nos resulta muy natural aplicarla en funciones de banda de guerra, como tocar y marchar, entre otras. Estas mismas prácticas inciden en la gallardía y la marcialidad en la ejecución de movimientos, evoluciones y toques. Por otra parte, para que una banda de guerra funcione bien se requiere un gran sentido del deber y mucha disciplina, elementos fundamentales para que las indicaciones del instructor sean respaldadas por los líderes y acatadas por todos.
Otro rasgo distintivo es que la mayoría de las bandas de guerra no operan con la misma eficiencia cuando falta el instructor, debido generalmente a que solo él sabe conducir al grupo y aunque puede haber quienes conozcan los señalamientos de corneta, el principal problema es que su ausencia produce inseguridad. En estos casos los banderos pentathletas mantienen la seguridad, dado que están acostumbrados a la existencia de una estructura jerárquica, por la cual siempre hay alguien que asume el mando.
Una característica muy notable en los banderos pentathletas es su gran facilidad para desempeñarse en otras actividades. Diciendo esto mismo de una forma popular mexicana, “ajonjolí de todos los moles”. En el Penta se acude a los banderos para competencias en orden cerrado, escoltas, deportes y diversos actos del servicio, incluso en funciones administrativas. Este rasgo es fácilmente explicable por las múltiples habilidades del pensamiento que exige la ejecución de toques, así como la rigurosa coordinación colectiva necesaria en todas sus actuaciones, características que al ponerlas en juego en otros contextos los hace destacarse de los demás.
Terminaré esta colaboración con un rasgo que no es exclusivo de los pentathletas, pero que sí es una constante en las bandas del PDMU: el sentido de pertenencia, que aporta ese plus durante el desempeño de las actividades, producto del enorme orgullo de representar a una institución con más de setenta años de amplia trayectoria social, en la que se formaron la gran mayoría de los instructores banderos que instruyeron a los que hoy dirigen a las bandas de guerra libres y escolares más representativas de la actualidad.
Patria, Honor y Fuerza
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JOSÉ SIERRA FLORES: EL PENTATHLETA
Hombre, profesionista, músico, pentathleta, amigo. Facetas de José Sierra Flores en las que se imponía siempre como ejemplo para todos. Un ser humano abierto, sencillo y formal, fue lo que conocimos de él cada vez que lo visitábamos en su hogar. Nos recibía generalmente en su despacho ambientado de objetos diversos del Pentathlón y de la música, que fueron sus grandes pasiones además, evidentemente, de la medicina.
“¿Cómo va esa banda, Jesús?”, solía ser su manera de hacerme conversar. Recuerdo que el solo hecho de ir a visitarlo generaba una especial emoción, debido a su amena charla que se constituía como una fuente inagotable de enseñanzas y pasajes históricos de lo que ha sido nuestra institución durante décadas. Su plática era tan gráfica que nos remontaba a aquellos tiempos de 1943, cuando él ingresó al Pentathlón Deportivo Militarizado Universitario en Tampico, ascendiendo jerárquicamente con celeridad por su particular desempeño, convirtiéndose en el Comandante de la Banda de Guerra en 1944, luego en Suboficial en 1946 cuando se trasladó a radicar a San Luis Potosí, lugar donde continuó destacando y escalando hasta convertirse en Comandante de la Zona en ese Estado. Nos platicó con gran orgullo cómo llevó al Pentathlón a desfilar en Chicago, Illinois, para celebrar las Fiestas Patrias, presentándose con Escolta, Banda de Guerra, el Estado Mayor y una Sección de Cadetes de Infantería; lo hizo en 1953 como Comandante de la Zona SLP y también en 1956 como Jefe del Departamento de Zonas, con personal del Cuartel General.
El Comandante José Sierra Flores asumió el mando de la Zona Tamaulipas en 1960, imponiendo nuevos bríos con su entusiasmo y con esa fuerza tan característica en él; organizó la XIII Convención Nacional en Tampico, y dejó el cargo en 1968.
Navegante que vas por el río
navega, navega, en busca de amor…
José Sierra Flores, El Navegante, vivirá eternamente por su extensa obra. Sus libros, sus escuelas, sus más de 1200 canciones, su familia, esposa, hijos, nietos y bisnietos. Vive en sus estudiantes, en sus amigos y en los pentathletas de todos los tiempos por su contribución que lo colocó definitivamente en la historia del P. D. M. U.
Cumplir, vivir, morir,
como hombre que ama y que piensa
y por mi Patria, mi Fuerza y mi Honor,
saludar mi Bandera con amor, así… así…
“Consíganme papel y tinta…” – ordenó el Comandante Sierra. Fue en los Jardines de la Benemérita Cruz Roja tampiqueña, en una servilleta y apoyado sobre un tambor, donde surgieron los primeros esbozos de lo que hoy entonamos en cada ceremonia. Letras que solo él pudo haber creado, canto que nos enorgullece por su contenido altamente patriótico, que nos emociona y nos impulsa a continuar trabajando en la formación de mejores juventudes mexicanas. Y en un gesto de su nobleza y de su enorme convicción de pentathleta, por gestiones delactual Comandante de la Zona Tamaulipas, el Dr. Agustín Badillo Tristán, por su conducto el Comandante José Sierra Flores entregó en febrero de 2005 a la Comandancia General el documento de cesión de derechos de autor del Himno del Pentathlón, formalizando de esta manera su legado.
Mi Comandante Sierra, usted se ha ido físicamente porque esa es la ley de la vida. Así lo plasmó y justo así fue como lo hizo: cumplir, vivir, morir, como hombre que ama y que piensa. Su vida entera fue productiva, cumpliendo con nuestra patria y fiel a la ideología del Pentálogo hasta la muerte, como ejemplo para todos nosotros. Se fue, pero vive en el corazón de cada pentathleta.
Gracias, mi Comandante.
Viendo en un cielo más que azul
cómo el águila voló
y cinco estrellas remontó
que brillan como el trigo bajo el sol.
EL JEFE DE LA SECCIÓN TÉCNICA DEL EMZ
1er. OFICIAL DE CADETES DE INFANTERÍA
M. en D. JESÚS ALFREDO GARCÍA ENG
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"CONCURSO DE FOTOGRAFÍA PACHUCA 2011"
3er. Lugar
Autor: 1er. Oficial de Infantería M. en D. Jesús Alfredo García Eng
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"CONCURSO DE FOTOGRAFÍA ZACATECAS 2010"
1er. Lugar
Autor y Editor: 2do. Oficial de Infantería L.I.A. Mario Alberto González González
3er. Lugar
Autor: 2do. Oficial de Infantería Ing. Federico Gabriel García Franco
Editor: 2do. Oficial de Infantería L.I.A. Mario Alberto González González